
De acuerdo con recientes investigaciones, el aloe puede ayudar a prolongar el tiempo de vida y estimular el sistema inmunológico de los pacientes con cáncer.
En un estudio en 1994 publicado en el diario médico japonés Yakkak Hoeji, se estudiaron ratones con tumores cancerígenos y se les dio aloe oralmente por un lapso de 14 días. Aunque el aloe no suprime el crecimiento del tumor, el promedio de vida de estos ratones se prolongó un 22% a los que se les otorgó 50 mg. de aloe por kilo y un 32% a los que se les daba 100 mg. por kilo diariamente. En un experimento simultáneo de células cancerígenas humanas fuera del cuerpo, se encontró que grandes dosis significativas de aloe suprimen el crecimiento de esas células cancerígenas.
Los investigadores que escribieron en Inmunología e Inmunoterapia del Cáncer, encontraron un componente del aloe (lecitina), que cuando se inyecta directamente en los tumores, activa el sistema inmunológico para atacar el cáncer. Las células mortales T, glóbulos blancos que invaden las células y las destruyen, comienzan a atacar las células del tumor, inyectadas con lecitina.
El aloe se convierte en el sistema inmunológico activando glóbulos blancos que segregan antigérmenes causando sustancias anticáncer. Además, el aloe promueve el crecimiento de las células normales.