
"Una alimentación saludable no es comer de todo en abundancia ni privarse de los alimentos. Comer sano depende de una adecuada selección y preparación de los alimentos, basada en los hábitos alimenticios", dijo a La República Eduardo Shaw, organizador de jornadas Deres (Responsabilidad Social Empresarial) en busca de una alimentación saludable en las oficinas.
El conocimiento sobre el valor nutricional de los alimentos, acorde a las diferentes posibilidades económicas y combinando diversos alimentos en forma equilibrada, es uno de los aspectos en los que la campaña hace especial énfasis.
En ese sentido "no hay una dieta única perfecta", dice el manual para la promoción de prácticas saludables de alimentación del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Para una buena nutrición lo aconsejable es consultar con un médico y un nutricionista, para establecer cuál es la alimentación más adecuada en función de la edad y tarea que cada uno desempeña diariamente.
La nutrición más adecuada comienza por las frutas y las verduras, con cinco porciones al día; en lo posible que algunas sean consumidas crudas.
La presentación de las frutas y verduras en forma atractiva es fundamental para motivar su consumo. En este marco lo mejor es que estén a mano y a la vista.
Al cocinar los vegetales al vapor o al horno, lo mejor es que sea en trozos grandes para no perder sus propiedades. Si se hierven es recomendable hacerlo con poca agua.
En la oficina la alimentación debe ser balanceada con lácteos, frutas y verduras, carnes, cereales y aceites, respetando el horario de las comidas, sin saltearse ninguna de las cuatro tomas diarias. Lo más importante es el desayuno.
A media mañana y a mitad de la tarde es bueno incluir alimentos nutritivos: yogur, galletas, pan o cereales integrales, jugos naturales o frutas.
Los profesionales plantean que es posible realizar ejercicios en la oficina utilizando los recursos del propio lugar de trabajo: por ejemplo subir por las escaleras en vez del ascensor, así como ir caminando al trabajo, estacionar el auto más lejos o bajarse del ómnibus dos paradas antes.
Aquellas personas que pasan mucho tiempo sentadas pueden aprovechar para realizar varios ejercicios sin levantarse de la silla.
Por ejemplo elevar una pierna y bajarla sin tocar el suelo unas diez o doce veces, realizando cuatro series por pierna.
Otro ejercicio es extender y flexionar las rodillas doce veces, con cuatro series por pierna. Lo mismo con el tobillo apuntando al frente con la punta del pie, regresar a la posición inicial y bajar el talón sin tocar el suelo, doce veces por pierna, también en cuatro series.