La hoja del Aloe se divide en tres partes principales:
-LA CORTEZA
-LA ALOÍNA
-EL GEL
La CORTEZA es la parte protectora externa de la planta, y a través de la celulosa se protege de los factores externos. Sus espinas son como pararrayos, que absorben los rayos solares, no dejando que las radiaciones, el calor o el frío excesivo dañen la hoja. Se protege también contra depredadores, auto regenerándose cuando es dañada.
Debajo de la corteza se encuentra, en pequeñas bolsitas, un líquido llamado ALOÍNA. Es amarillo y de sabor amargo, viniendo de allí el nombre de aloe, que quiere decir "amargo". Este líquido concentra los principios activos de la planta.
PRINCIPIOS ACTIVOS son las defensas que la planta adquiere para poder sobrevivir a las agresiones del medio ambiente. La clorofila, a través de la fotosíntesis, es responsable del desarrollo de estos principios activos y de la fabricación del gel.
El Aloe es una planta donde se encuentran, bien diferenciados, el gel (compuesto de enzimas, vitaminas, aminoácidos, minerales, etc.) y los principios activos (sus defensas).
Cuando se descubrió, dos décadas atrás, tras numerosas investigaciones, que era posible separar la ALOÍNA del GEL DE ALOE, se logró un uso seguro y específico del gel sin efectos colaterales.
El gel puro de Aloe, tiene en su composición fotoquímicos, con acción laxante suave, bactericida, antiespasmódica y antiinflamatoria. No causa diarrea, sino que es un agente alcalinizador de PH. Es rico en ácido úrónico, que posee aplicaciones como antiséptico y es un agente eliminador de toxinas a nivel celular. Es rico en vitaminas A, C y D, todo el complejo B -incluyendo la vitamina B12-, imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro organismo. También tiene 18 de los 23 aminoácidos esenciales, gran cantidad de minerales y enzimas, las cuales son muy importantes para la asimilación de las vitaminas y minerales por parte de nuestro cuerpo. Tiene efecto adapto génico, esto es, actúa dónde el organismo más lo necesita. Posee elementos muy importantes (fitoquímicos) que facilitan la absorción por las células de todo aquello que necesitan para desarrollar sus funciones.
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